miércoles, 1 de septiembre de 2010

Poética Transfractal


Para que algo se manifieste es necesario un movimiento, un primer movimiento. La mecánica de tal movimiento, la percepción de tal dinámica es independiente de su interpretación o “puesta en cifra”. De tal manera que desde cuando… “En el Principio era el Verbo…” y el verbo se hizo manifiesto, comenzó la “Logodisea” de la Palabra, el develamiento de sí misma, la travesía de eso que nos hace ser a través del lenguaje. El trayecto hasta este instante ha sido meditado por múltiples eslabones de la cadena que somos, y aunque somos una sola cosa, es innecesario argumentar al respecto de algo no sólo intuido sino experimentado desde el ancestro. Un relámpago se ha reflejado en el espejo de dendritas y ha iluminado el Árbol de la Vida nuevamente hoy. Sabemos ahora, que las falanges del árbol-relámpago están en constante ramificación y que no siguen leyes fractales sino transfractales. Sabemos también ahora que dentro de la lógica paradójica que más verdaderamente configura la razón, todo es y no es al mismo tiempo. Es así, que cualquier tipo de visión o interpretación hasta ahora, han estado viciadas por paradigmas aberrantes en el sentido en que los astrónomos hablan de aberraciones en las lentes. Sabemos del poder de las antenas visionarias y aceptamos con júbilo lo que han puesto sobre la mesa colectiva: son instrumentos de un director que siempre ha operado para armonizar la orquesta humana y de eso no tenemos la menor duda.
Al proponer una estética transfractal, estamos diciendo que existe una dinámica transfractal y que esta dinámica, no sólo afecta al universo físico, sino también al universo psíquico del cual el lenguaje es su más refinada expresión pues en sí el cosmos y el caosmos son lenguaje.

Una estética transfractal atiende pues a una estética de dinámica transfractal, de tal manera que establecer ciertos cauces se hace necesario: (continuará…)